Se consume en todo el Oriente Medio y se prepara en el cezve, típica cafetera de cobre y latón, caracterizada por un largo mango. Se prepara con café molido muy fino.
La tradición prevé la utilización de un molinillo de latón para obtener un polvo muy fino, como el azúcar impalpable.
Se bebe en tacitas pequeñas y bajas, una vez que el polvo se ha sedimentado completamente.
En muchos países el café a la turca se aromatiza con especias, como el cardamomo y la canela. Para probar el café en este estilo es suficiente con añadir las especias molidas muy finas.